ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE ARIZONA
El escritorio de un oficinista tiene más gérmenes que los baños Esa zona puede tener 400 veces más microbios que los asientos de los baños.
Para un oficinista común, su escritorio puede resultar una fuente de enfermedades peor que un baño. Según un estudio realizado por la Universidad de Arizona, su lugar de trabajo puede ser portador de una cantidad de microbios 400 veces superior a la que se suele encontrar en los asientos de los baños. El teclado de las computadoras, el mouse y el auricular del teléfono fueron las principales fuentes de infección estudiadas por el doctor en microbiología, Charles Gerba. El científico aconsejó la periódica desinfección de esas áreas de trabajo aparentemente inofensivas. Las cifras que ofreció el estudio fueron más que elocuentes. Según sus resultados, un escritorio tiene una capacidad de almacenar un total de 10 millones de microbios. En promedio, por centímetro cuadrado, se encuentran en su superficie unos 3.249 microbios. El auricular del teléfono es la fuente más sucia: el promedio asciende a 3.894 gérmenes. El teclado de la computadora y el mouse tienen, respectivamente, unos 511 y 260 microbios. Por contraste, la investigación en los asientos de baños demostró una presencia promedio de 7.6 gérmenes por centímetro cuadrado."Las mesas de las oficinas son verdaderas cafeterías de bacterias", expresó Gerba. Su descripción escondía un doble, y certero, sentido. "Además de escritorios, funcionan como mesas para el desayuno, el almuerzo y todas las demás comidas" agregó. Según el investigador, esta situación, sumada al hecho que los escritorios no se desinfectan tan comúnmente como los baños, es la que explica el resultado de su trabajo. "Los restos y derrames de comida pueden transformarse en pequeños ecosistemas". Si bien sus conclusiones están hechas en base a los hábitos de los estadounidenses en su lugar de trabajo, se trata de una extendida realidad, que alcanza a muchos oficinistas en el mundo. Las investigación, encabezada por Gerba, incluyó además una especial advertencia para tiempos invernales. "Si alguien en la oficina sufre un resfrío o una gripe —subrayó—- las superficies que toca en el transcurso de la jornada se convierten en puntos de transmisión de gérmenes". Algunos de esos gérmenes gripales pueden sobrevivir hasta tres días en esas superficies. "En casos de resfríos o gripes —concluyó— es suficiente toser o estornudar sin protegerse la nariz y la boca para multiplicar los microbios alrededor de uno". El estudio señaló que en aquellos casos donde los trabajadores limpiaron con desinfectantes sus escritorios, el nivel de bacterias bajó un 99,9%. A modo de prevención, Gerba destacó la importancia de protegerse la nariz y la boca al estornudar, lavarse las manos con regularidad y utilizar alcohol para limpiar las superficies de trabajo.
Para un oficinista común, su escritorio puede resultar una fuente de enfermedades peor que un baño. Según un estudio realizado por la Universidad de Arizona, su lugar de trabajo puede ser portador de una cantidad de microbios 400 veces superior a la que se suele encontrar en los asientos de los baños. El teclado de las computadoras, el mouse y el auricular del teléfono fueron las principales fuentes de infección estudiadas por el doctor en microbiología, Charles Gerba. El científico aconsejó la periódica desinfección de esas áreas de trabajo aparentemente inofensivas. Las cifras que ofreció el estudio fueron más que elocuentes. Según sus resultados, un escritorio tiene una capacidad de almacenar un total de 10 millones de microbios. En promedio, por centímetro cuadrado, se encuentran en su superficie unos 3.249 microbios. El auricular del teléfono es la fuente más sucia: el promedio asciende a 3.894 gérmenes. El teclado de la computadora y el mouse tienen, respectivamente, unos 511 y 260 microbios. Por contraste, la investigación en los asientos de baños demostró una presencia promedio de 7.6 gérmenes por centímetro cuadrado."Las mesas de las oficinas son verdaderas cafeterías de bacterias", expresó Gerba. Su descripción escondía un doble, y certero, sentido. "Además de escritorios, funcionan como mesas para el desayuno, el almuerzo y todas las demás comidas" agregó. Según el investigador, esta situación, sumada al hecho que los escritorios no se desinfectan tan comúnmente como los baños, es la que explica el resultado de su trabajo. "Los restos y derrames de comida pueden transformarse en pequeños ecosistemas". Si bien sus conclusiones están hechas en base a los hábitos de los estadounidenses en su lugar de trabajo, se trata de una extendida realidad, que alcanza a muchos oficinistas en el mundo. Las investigación, encabezada por Gerba, incluyó además una especial advertencia para tiempos invernales. "Si alguien en la oficina sufre un resfrío o una gripe —subrayó—- las superficies que toca en el transcurso de la jornada se convierten en puntos de transmisión de gérmenes". Algunos de esos gérmenes gripales pueden sobrevivir hasta tres días en esas superficies. "En casos de resfríos o gripes —concluyó— es suficiente toser o estornudar sin protegerse la nariz y la boca para multiplicar los microbios alrededor de uno". El estudio señaló que en aquellos casos donde los trabajadores limpiaron con desinfectantes sus escritorios, el nivel de bacterias bajó un 99,9%. A modo de prevención, Gerba destacó la importancia de protegerse la nariz y la boca al estornudar, lavarse las manos con regularidad y utilizar alcohol para limpiar las superficies de trabajo.
Publicado en Clarin