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martes, enero 20, 2009

La increíble historia del riojano que se convirtió en objeto de adoración

No, es sobre otro riojano. El periodista Sergio Carreras publico una serie de artículos en el diario La Voz del Interior de la provincia de Córdoba sobre la escandalosa secta del Maestro Amor, conocido como el Sai Baba de la Argentina.

Dios atiende en Catamarca Por Sergio Carreras
EL MAESTRO AMOR


Viéndolo así, gordito, con su sonrisa de cantante latino y la voz atiplada, Ricardo Javier Ocampo parece una persona como cualquier otra. Pero es Dios. Es Dios que, otra vez, decidió vestirse con un cuerpo humano. La historia carnal de Ocampo comenzó el 28 de junio de 1974 en la ciudad de La Rioja, cuando nació con tres pétalos de jazmín sobre el ombligo y una llaga en su costado, señales inequívocas de que, esta vez, el creador de todo lo que existe no eligió materializarse en las alturas del Tíbet o en una pobre aldea de la India, sino que nació argentino, de piel morocha, con acento riojano y con facilidad para el canto melódico, las artes marciales, los milagros y el aerobic.El día que Ocampo decidió descender a este mundo, su humilde casa de La Rioja fue rodeada por los vecinos que se juntaron espontáneamente a bailarle y cantarle coplas folklóricas desde las 3 de la tarde hasta las 6 de la mañana. Siendo muy pequeño hacía aparecer lápices y frutas que regalaba a sus amigos. Como sus padres se negaban a aceptar su naturaleza divina, a los 6 años se desnudó frente a ellos y materializó, de la nada, una túnica con la que se vistió antes de alejarse de su casa por un largo tiempo. Abandonó la escuela primaria, pues siendo quien es, no necesitaba educación.Luego llegaron los milagros, las sanaciones. En 1996 asumió el nombre público de Maestro Amor, o Ananda Baba. Reveló que es un avatar, o sea, una encarnación de la divinidad como se considera que lo fueron Buda y Jesús, y comenzó a vestirse igual que Sai Baba, el líder religioso indio. En una época atravesada de incredulidad, el Maestro Amor consiguió que hoy, miles de argentinos y personas de países como Italia, España, Perú y Estados Unidos lo consideren su verdadero dios y le levanten templos, escuchen sus palabras como revelaciones divinas y sacudan sus billeteras con generosidad para contribuir al desarrollo de las expresiones materiales que, como todo mesías, el Maestro necesita para cumplir su misión en la Tierra. Ocampo dejó su provincia natal y se instaló en Catamarca, primero en la capital provincial y luego unos 40 kilómetros al sur, entre las montañas. Allí, en Colonia del Valle, el Maestro Amor está construyendo su ashram propio. Esto es, el lugar sagrado donde mora un dios y hacia el cual deben peregrinar los devotos, tal como hizo La Voz del Interior el miércoles pasado.Desconocido en su casaCuando llegamos a la ciudad de Catamarca sufrimos una desilusión: descubrimos que el Maestro Amor es casi un desconocido. Las librerías no tienen su último título El poder infinito del subconsciente ni las disquerías alguno de los CD que lleva editados con sus canciones románticas, como los titulados Amor tropic o Mensajes de amor 1. Sí lo conocen los taxistas, que cada tanto trasladan a sus seguidores. “Hice tres viajes hasta allá”, nos cuenta Julián Farías, mientras espera pasajeros frente a la Catedral. “Llevé europeos y también a gente de San Juan. Todos vestidos de blanco. Nunca vi al Maestro, pero a un colega mío le está curando la diabetes”. En el Hotel Colonial, punto de llegada de las excursiones que arriban en colectivo desde Buenos Aires, Uruguay o Neuquén y se quedan durante una semana (entre 300 y 700 pesos por cabeza, según el origen), creen que lo mejor está por llegar. “Cada vez viene más gente, pero todavía este destino para ver al Maestro Amor no está muy comercializado, no es como la Difunta Correa, por decir algo. Acá, por ejemplo, no lo conocemos, pero sabemos que es famoso en otras provincias”, contó la dueña del establecimiento. “En realidad, acá se hospedan sólo los choferes, porque la gente se va toda al templo”, cuenta Alfredo, el cordobés que atiende en recepción.Viajamos hacia Colonia del Valle atravesando el paisaje árido de la ruta nacional 38. Antes, entramos al pueblo de Miraflores, donde el Maestro Amor está construyendo su nuevo templo y residencia particular en un predio de 75 hectáreas. Pese a esto, la mayoría de la gente del poblado tampoco ubica al Maestro. Si no fuera por los devotos vestidos con túnicas naranjas y blancas que caminan por las banquinas de la ruta, no sabrían de su presencia. “Varios de sus discípulos han hecho cambio de domicilio a Miraflores, porque llevan años viviendo con él, en el templo”, cuentan dos empleados de la comuna, que prefieren no dar su nombre. “Han venido seguidores de Buenos Aires, psicólogos y médicos, gente de mucho dinero, que contó que cuando llega de visita se dedica a cocinarle y barrer las habitaciones del Maestro. Algunos han comprado casas en la zona, para estar cerca de él”.Campamento espiritualLlegando a Colonia del Valle recordamos las indicaciones sobre cómo comportarse en el ashram que menciona la página oficial en Internet www.maestroamor.com.ar: no fumar, no beber alcohol, no tomar mate, no gritar, no escuchar música, no usar celulares ni ropa ajustada o pantalones cortos. Hay que vestir de blanco, túnicas o lo que se encuentre en el ropero, y saber que los hombres deben caminar separados de las mujeres.El ashram del Maestro Amor se llama Meditazen y está enclavado entre dos cadenas montañosas. Los seguidores lo llaman Residencia de la Buenaventuranza. Carpas de muchos colores, casillas rodantes, viviendas a medio hacer y sin revoque se levantan entre canteros con flores, algarrobos y quebrachos que le dan al lugar cierto aire a camping agreste o a campamento escolar fuera de temporada. Walter, de brazos y cuello tatuados, cabeza afeitada, pero con amplias babuchas negras, nos recibe junto a la proveeduría y nos explica que nuestro deseo de entrevistar al Maestro dependerá de un componente que no habíamos previsto: nuestro karma. Si no tenemos un karma bueno, nos dice, difícilmente nos recibirá el Maestro, que todo lo ve y lo sabe. Igual accede a darnos el número telefónico de “la mano derecha del Maestro”, Matías Romero, para ver si por la tarde podemos participar en el darshan, especie de conferencias que ofrece bajo el Arbol de la Sabiduría, junto a su residencia particular. Decimos chau a Walter y le extendemos la mano, pero no puede tocarnos, nos explica, y nos despide uniendo las manos y haciendo una reverencia con su cabeza.Romero, una de los dos únicas personas autorizadas para recibir donaciones en nombre del Maestro, nos dice por teléfono que nos avisará si podemos sumarnos al encuentro, pero la tarde pasa sin novedades. En las banquinas comienzan a aparecer los devotos, envueltos en túnicas que pelean contra el viento. Por la entrada a la residencia, marcada con banderines de colores que flamean en la punta de unas cañas, ingresan camionetas cuatro por cuatro, autos importados y furgonetas llenas de gente. Se ven familias, viejos, adolescentes y niños, todos de blanco. El Maestro está parado bajo una sombrilla, con ropas azules, y les habla a un centenar de seguidores sentados en el pasto. Su amplia casa, blanca, es como las que se levantan en los nuevos countries. Todos se ven relajados, contentos de estar ahí.Señor de los milagrosPese a ser casi desconocido en Catamarca, el éxito del Maestro Amor ya superó las fronteras argentinas. La periodista que lo entrevistó para el sitio digital Enigmas Express cuando el Maestro visitó España, da cuenta de sus prodigios: “Un grupo de Italia lo vio caminar sobre las aguas, materializó un pilar ante los atónitos ojos de los presentes, teletransportó un libro desde la biblioteca de la casa de un testigo, ubicada a 60 kilómetros. Lo mismo materializa una flor fresca, con el rocío aún prendido de sus pétalos, y multiplica el pan”.Todos los seguidores de Ocampo están convencidos de que es capaz de materializar objetos, especialmente joyas, pero también dinero, esculturas y regalos. Esta habilidad la ejercita ante los ojos asombrados de sus fieles, que jamás pensarían que se trata de una prestidigitación. Tampoco creen que se trate de un truco lo que ocurre en la principal fiesta que se realiza en Colonia del Valle, la fiesta del vibhuti, nombre de la ceniza sagrada que, al igual que Sai Baba, el Maestro dice crear de la nada y luego regala a los devotos. “Lo vi meter la mano en un jarrón vacío, revolverla y luego ver el jarrón lleno de ceniza”, nos contó una ex seguidora. “A mi mujer le pidió el anillo de oro, lo envolvió con sus manos, lo sacudió, y materializó otro anillo, de plata, que después le regalo”, nos dijo Pedro Genise, devoto que vive en La Plata y está escribiendo un libro sobre su maestro. “Yo lo vi materializar dos mil pesos, en billetes de 100, para un hombre que debía resolver un problema económico”, recordó también Genise.El Maestro Amor dice que puede hacer que el manzano produzca limones y que las espinas se conviertan en polvo antes de que toquen sus pies descalzos. Asegura haberse curado a sí mismo un cáncer por el que los médicos le habían puesto fecha de muerte. Dice que con la propia orina se pueden superar males incurables. Sus frases son indubitables: él es Dios y ningún humano puede comprenderlo.Alumnos y detractoresEn la tarea de aumentar el número de seguidores cuenta con un ayudante de peso: el divulgador de terapias alternativas Claudio María Domínguez, que lo promueve en su programa de cable y en cada conferencia de la que participa. Domínguez, a quien este diario le dejó un pedido de entrevista en su teléfono de Necochea, ha dicho que el riojano lo conmovió más que Sai Baba, el Papa o la Madre Teresa. A Domínguez, el Maestro le explicó que reencarnó en Argentina por un motivo simple: una mujer riojana, muy creyente, rezó mucho y soñó a un bebé con tres pétalos en el pupo. Luego, él nació ahí.Mientras los seguidores del Maestro Amor crecen de a cientos, especialmente en provincias como Córdoba, ya aparecieron las primeras alarmas. Ex seguidores lo acusan de abuso sexual, maltrato psicológico, de ser otro loco que dirige una secta que hace enjuagues de cerebro, y que apunta a fines más económicos que etéreos. La Voz del Interior consiguió el testimonio de una mujer cordobesa (ver aparte) que dice haber escapado a tiempo del Maestro Amor y que relata cómo Ocampo, el riojano que afirma no ser de naturaleza masculina ni femenina, le quitó a su pareja.

Un líder cuestionado
La primera vez que Marcela escuchó hablar del Maestro Amor le llamó la atención el nombre y la cautivó la historia sobre su capacidad de hacer aparecer objetos en el aire, de la nada. A partir de ese momento soñó con llegar al templo del Maestro en Catamarca y conocerlo en persona. Marcela –cordobesa, treintañera, bonita–, integraba el grupo de seguidores de Sai Baba en una importante ciudad del interior de Córdoba. “Siempre se habló de que Sai Baba, pese a que no salió jamás de la India, iba a comenzar a manifestarse en distintos lugares del mundo. El Maestro Amor se vestía igual, su rostro era parecido a Sai Baba en su juventud, y yo conocía gente que viajó a la India a verlo y que cuando conoció al Maestro Amor, me dijo sin dudar: ‘Es él’, como confirmando que se trataba del propio Sai Baba”.Encuentro con DiosCuando Marcela llegó al ashram de Colonia de Valle sintió que ingresaba a “un lugar con mucha energía, extraño, donde pasabas de la euforia a la angustia, te sentías muy mal y después bien. Uno se explicaba que todo era por el karma, que eran juegos que el Maestro hacía con nuestra mente y te manejabas mucho con la culpa; todo lo malo que pasaba o sentías era tu culpa, por no entender el mensaje del Maestro o por no ser bueno. Así es como soportabas sus humillaciones y las agresiones verbales que a veces te dirigía”.Marcela se entregó por completo a quien ella consideró, sin lugar a dudas, que era Dios. Le escribía cartas apasionadas en las que le contaba toda su vida, sus miedos y cada sueño que tenía. Probó la ceniza sagrada que materializaba el Maestro y le supo a azúcar impalpable. Se instaló en una carpa, como muchos otros, y trabajó semanas enteras arreglando el jardín y ayudando a construir las nuevas casas del lugar. “Todo el trabajo que no hacía ni en mi casa, me gustaba hacerlo allá. Trabajábamos el día entero”. Marcela viajó acompañada con su novio, con quien salía hacía siete años. Aceptó la prohibición de tener relaciones sexuales en el lugar, “para no abrir una puerta a los espíritus malignos que rondan el templo, como él nos había dicho. Las mujeres no podían juntarse con los hombres, estaban separados. Sólo a los matrimonios se les permitía tener relaciones ahí, y mientras las tenían debían pensar en él”.Tan feliz estaba Marcela en Catamarca, que hasta llevó allá a sus padres para ver si se sumaban al grupo de seguidores. Disfrutaba de los festejos de cumpleaños del Maestro, a los que cada año concurren más de 500 personas, y se reía en las representaciones teatrales en las que el Maestro, caracterizado como un bebé o como Dios, se guardaba para sí los mejores parlamentos y pontificaba contra el aborto o, al final de la obra, se despedía diciendo: “Hasta mañana, si yo quiero”. Aunque notaba que el Maestro no tenía buena voz y carecía de una dicción adecuada, le agradaba escucharlo cantar con su voz aguda las canciones de su autoría acompañado con la guitarra. “Cuando una persona le comentaba que alguna de esas canciones pertenecían a un autor conocido, él respondía que, como él las había inspirado, podía decir que eran suyas”. También le llamó la atención que, en un e-mail que envió a sus seguidores en Córdoba con motivo del atentado en las Torres Gemelas, el Maestro tuviera tantas faltas ortográficas. Pero luego de hablar el tema con el resto de los devotos se convencieron de que seguramente el Maestro lo hacía a propósito, para ponerlos a prueba.Cuando todo cambióMarcela recuerda que las cosas cambiaron para ella cuando el Maestro Amor comenzó a mostrarse interesado en su novio. “El Maestro tiene a los vedas, que son sus ayudantes más cercanos y que dice vivieron con él en vidas pasadas, y por las noches dormía con algunos de ellos. Mi novio, de pronto, comenzó a negarse a estar conmigo, a tocarme, y me dijo que el Maestro le dijo que yo era una prostituta, que sólo estaba con él por sexo. Yo no podía entender que Dios pensara eso de mí, lloraba, me rompía la cabeza, llegué a preguntarme si realmente no era una prostituta como él decía, justamente yo, que apenas he tenido tres novios en mi vida”.“Mi novio comenzó a tratarme mal. Un día –prosigue Marcela– me contó que el Maestro le había dicho que iba a perder algo que apreciaba mucho: la virilidad. Que también le había dicho que iba a abrirle su energía femenina. Otro día me confesó que le gustaban las caricias que le hacía el maestro. Varios de los muchachos que conocí y que fueron a Catamarca durmieron con el Maestro. Algunos me dijeron que habían aprendido a hacer el amor gracias a él. A uno le dijo que tenía cáncer de testículo, para tratarlo. En todo el tiempo que estuve en el ashram, jamás llevó a dormir con él a mujeres, pero sí a muchos hombres. Otra vez le pidió a uno de los vedas que lo besara, y el chico le dio, sin dudar, un beso apasionado en la boca y todos aplaudieron. Dijo que era porque ese veda podía ver con los ojos de su alma, en cambio a una mujer que no se animó a besarlo le dijo que era porque no había evolucionado y sólo lo veía con los ojos de la carne”.Después Marcela se llevó la sorpresa mayor. “Luego de un viaje que el Maestro hizo a Brasil, le dijo a mi novio que le había encontrado su nueva compañera, y lo hizo formar pareja con una mujer embarazada. El hace eso: desarma y arma parejas, a veces de personas casadas que se llevan mal a las que termina de separar, o de recién conocidos a los que les dice que tienen que empezar a vivir juntos. Para mí todo eso fue una verdadera tortura psicológica, me sentí profundamente maltratada luego de tres años de conocer al Maestro. Me sentía abandonada por Dios, pensé en suicidarme porque Dios no me quería, ya tenía vistas las cuchillas. No me maté porque me pregunté qué iba a ser de mí después de que muriera, en mis otras vidas. Era la primera vez que pensaba en matarme”.Dos años despuésHace dos años que se alejó del grupo del Maestro Amor, pero todavía Marcela no quiere que se publique su nombre real. Hoy está sufriendo amenazas de muerte contra ella y su familia, por las que ya hizo la denuncia, y sospecha que tienen relación con aquella experiencia que la marcó para siempre. Un amigo, que tuvo su experiencia con sectas, la ayudó para abandonar los viajes a Catamarca, volver a relacionarse con su familia y para que consiguiera un trabajo.“Hoy me puedo reír de todo eso y lo cuento normalmente, pero fue algo terrible. Yo lo veía al Maestro materializar ceniza, si era un truco no sé cómo lo hacía. Yo creía que él realmente tomaba las enfermedades de la gente que curaba y las sufría él... fui tan tonta. Me la pasaba comiendo lentejas mientras él se iba con los vedas a comer lomitos y al cine, me quedaba noches enteras meditando, llena de ojeras, mientras él se acostaba temprano. Todo eso hice. Al final empecé a ver otras cosas, como a una mujer que vendió todo y se fue con su hijo a vivir a Catamarca con el Maestro fue humillada cuando se le acabó la plata y le pidió ayuda a él”.La denuncia de Marcela es considerada “insólita” y “jamás escuchada” por gente cercana al Maestro Amor consultada por este diario. Matías Romero, uno de las personas más cercanas, dijo a La Voz del Interior que jamás escuchó algo así y que “el Maestro está abierto a todas las consultas” y estaba dispuesto a recibir a este diario el pasado viernes, cuando cronista y fotógrafo ya estaban de regreso en Córdoba. “Siempre viene alguna gente que no encuentra lo que está buscando y se siente mal”, agregó.Los referentes cordobeses del Maestro Amor también afirman no haber escuchado acusaciones contra él. Juan Márquez, titular de la Asociación Servidores Maestro Amor, dijo que “nunca se comentó algo así en el grupo de Córdoba”. Sólo en Internet puede leerse alguna denuncia, anónima, similar. Por ahora, Marcela ha sido la única en animarse a relatar aspectos no tan amorosos del llamado Maestro Amor.
Un culto en expansión nacional
Otros cuestionamientos contra el Maestro Amor vienen de parte de los seguidores argentinos del Sai Baba, a quien el riojano imita en gestos, ropas, ritos, mensajes, historia de vida y hasta en su afirmación de que morirá a los 96 años. Leonardo Gutter, principal representante de Sai Baba en Argentina, luego de una entrevista con el líder religioso riojano sostuvo que no es una reencarnación local de Sai Baba, afirmación que a su vez llevaba implícito el problema de que las reencarnaciones se producen luego de la muerte de la persona que se reencarna, no en vidas simultáneas. Gutter prohibió a todos los seguidores de Sai Baba promover cualquier actividad del Maestro Amor.Igual, Ocampo crece en seguidores. Los tiene en lugares como Neuquén, Buenos Aires, Santa Fe, Misiones, Mendoza, Brasil, Perú, España e Italia. En Córdoba ha dado conferencias sobre inteligencia emocional a empresarios en la Cámara de Comercio, charlas en el CPC de avenida Colón, en el Hotel Sussex y en la Feria del Libro. Sus seguidores se agrupan en la Asociación Servidores Maestro Amor, que incluye a empresarios y profesionales locales. En Río Cuarto, sus seguidores le construyeron un templo junto al country del Jockey Club, llamado “La Residencia”, y allí recibe a cientos de seguidores en cada visita. También tiene referentes en Villa María, Carlos Paz y Alta Gracia, lugares que ha visitado en no pocas oportunidades.

Frases maestras
De cumpleañosFrases extraídas del discurso de un cumpleaños del Maestro Amor, en 2001:Cosmos. “Cuando ustedes están riendo y danzando es como si yo me fuera y todo el cosmos vibrara. En ese instante se hacen unos cambios de constelaciones que ustedes ni se imaginan. Si ustedes supieran cómo festejan las estrellas por lo que han hecho hoy acá”.Clima. “Si este festejo de cumpleaños no se hubiera hecho, el universo no se hubiera sacudido como se sacudió. Para darles una prueba, me gustaría que comenzaran a ver lo que sucede a partir de mañana en el clima. El pronóstico era que todo este tiempo iba a ser muy frío, pero me encargué de que las cosas estuvieran bien: hice que la nieve se fuera de las montañas mediante el calor del sol, y creé un clima apropiado de luz y luna para que ustedes pudieran disfrutar”.Indefinible. “Aunque se juntara un gabinete de investigadores jamás podrían definir quién soy, cómo soy, de dónde vengo o hacia dónde voy. Nadie puede descifrar la magnitud de mi energía”.Ser humano. “Tengo que depositar mi oído en cada palabra que ustedes quieran decirme, hasta en las más tontas incluso. Si vinieron a festejar mi cumpleaños sepan que no festejaron el cumpleaños de un ser humano, porque no es así”., Inspirador. “No hay libros que me traigan que yo no conozca pues todos los libros son inspirados por Dios”.

Maestro Amor suma detractores y defensores
La estrafalaria historia de Ricardo Javier Ocampo, el riojano que se hace llamar Maestro Amor, afirma ser Dios y suma miles de fieles a lo ancho del país, motivó las más variadas reacciones luego que este último domingo, por primera vez, La Voz del Interior la diera a conocer.Sorpresa catamarqueñaEl sitio oficial en Internet www.maestroamor.com.ar ayer quedó fuera de servicio debido a la cantidad de consultas que recibió desde todo el país luego de que el tema se convirtiera en motivo de comentario de radios y canales televisivos de diversos lugares. En Catamarca, donde el Maestro Amor es muy poco conocido pese a estar instalado ahí hace años, fue toda una sorpresa descubrir la magnitud que ha tomado el culto hacia este gurú que afirma poder hacer aparecer cosas y que a 40 kilómetros de la capital provincial está construyendo un templo similar al que Sai Baba levantó en la India.El principal promotor en los medios de comunicación de la vida del Maestro Amor, Claudio María Domínguez, se comunicó con este diario para dar su visión personal sobre quién es realmente el Maestro Amor.Al mismo tiempo, desde las organizaciones argentinas ligadas con Sai Baba, se hizo conocer el enojo por el obrar de quien consideran “una burda imitación” de su líder espiritual.Consultado por este diario, el periodista especializado en creencias contemporáneas Alejandro Agostinelli, confirmó que “el origen y crecimiento del Maestro Amor en Argentina coincidió con el desencantamiento con Sai Baba de muchos de sus seguidores, luego de que trascendieran algunas graves acusaciones contra el gurú indio. Precisamente Agostinelli participó en una investigación que relató algunos casos de supuesto abuso sexual y engaños protagonizados por Sai Baba. Su seguidor argentino, Ocampo, fue acusado por una ex devota cordobesa de haber interferido en la relación con su novio, hasta lograr separarlo de ella, tal como se publicó en el informe del domingo.“El Maestro Amor no tiene nada que ver con Sai Baba, él nos trata de imitar en todo” dijo Luis Mastronardi, referente de los seguidores del indio en Río Ceballos. Un directivo de la organización Sai Baba en Córdoba que pidió reserva de su nombre dijo que Ocampo “es un impostor. Si tuviera los poderes que dice que tiene no tendría necesidad de disfrazarse como Sai y quitarle los fieles a otro maestro”, señaló.Un maestro exitosoEl Maestro Amor está construyendo en Colonia del Valle su ashram propio, esto es, un lugar sagrado donde vive un dios y hacia el cual los devotos deben peregrinar. También tiene un templo en la ciudad de Río Cuarto y, pese a haber abandonado la escuela primaria, ha ofrecido cursos y charlas en diversas ciudades de Córdoba. En la Capital, por ejemplo, protagonizó una conferencia sobre inteligencia emocional dirigida a empresarios que se desarrolló en la Cámara de Comercio.Los seguidores cordobeses del gurú riojano están agrupados en la Asociación Servidores Maestro Amor, y además de sus encuentros de carácter espiritual realizan tareas de asistencia social en comedores populares. Uruguay, España, Italia y Brasil son otros lugares donde el riojano sumó seguidores que lo consideran no sólo Dios, sino también capaz de materializar joyas, regalos y curar enfermedades.Un aliado conocidoEl conductor del programa de televisión Un mundo mejor sobre creencias y terapias alternativas Claudio María Domínguez sostuvo que fue testigo de muchos milagros del Maestro Amor. “Con humor y con respeto –señaló– diría que vi tantos que ya no me sorprenden. Más que las materializaciones en sí, el milagro que yo veo en este ser es la transformación de las vidas de quienes llegan a su lado (...) Si por milagro entendemos, en el juego mundano, sanación de enfermedades, conflictos familiares resueltos, logros, sí, los veo a diario, pero lo que me hace llorar de amor es que uno ya no sea el mismo”.Sobre la afirmación del riojano y sus seguidores de que se trata de Dios, Domínguez se preguntó: “¿Por qué un ser consciente de su divinidad no puede nacer en Argentina? ¿Todos tienen que nacer en Oriente? Dejemos que la belleza de la encarnación del universo se manifieste donde quiera”. En relación a las habilidades terrenales de que hace gala Ocampo, como las artes marciales, el canto romántico, la acrobacia y el aerobic, Domínguez dijo haber aprendido que debe desconfiarse de “quien se diga maestro y no cante y baile, no ría y haga reír, no manifieste el goce por cada acto vital y lo transmita con esa belleza e intensidad”.Domínguez, una de las pocas personas por las que el Maestro Amor se ha dejado entrevistar, dijo que no le parece mal que el riojano se maneje en un auto lujoso y se haya construido una gran residencia en las montañas catamarqueñas. “Me alegra que algunos tengan más abundancia que carencia si el dinero no es bueno ni malo, sino que es bueno o malo el uso que se le dé. La idea de todos pobres, descalzos, con ropa raída y mendigando, no es mi fantasía ideal del mundo espiritual, pero sé que es la de muchos. En cuanto lugar espiritual estuve, empezando por la misión de caridad de la Madre Teresa en Calcuta, se aceptan con toda gratitud las donaciones que cada uno sienta que de corazón puede realizar. (En lo del Maestro Amor ) jamás se me pidió un peso, ni vi que se hiciera públicamente”.

Una mañana con Dios
¿Qué es una semana en la vida de Dios? Es muy probable que nada. Pero también puede serlo todo. Si no, se lo preguntemos a Javier Ricardo Ocampo, el riojano que viste túnica, se hace llamar Maestro Amor, se autoproclama Dios y suma miles de seguidores en Argentina y en diversos países del mundo. A partir de que el domingo pasado La Voz del Interior publicara la primera nota sobre él, el Maestro Amor se convirtió en un personaje conocido a lo ancho del país. Los diarios repitieron su historia y las radios y canales de televisión, entre la sorpresa y la sorna, se disputaron los testimonios de quienes se presentaron como seguidores, víctimas o admiradores suyos. Los medios catamarqueños contaron por primera vez la historia del riojano que está construyendo su templo a sólo 40 kilómetros de la capital provincial, la página en Internet www.maestroamor.com.ar quedó momentáneamente fuera de servicio debido a la cantidad de visitas recibidas y Claudio María Domínguez, divulgador de múltiples terapias alternativas y principal colaborador mediático del Maestro Amor, recorrió los medios de Capital Federal difundiendo la imagen divina del riojano.Mientras la repercusión crecía, los seguidores del Maestro Amor se comunicaron con este diario para ofrecer una entrevista exclusiva con él, previa a la gran conferencia de prensa que tendrá lugar este miércoles en Catamarca, para la que están invitados medios de todo el país. En sólo una semana, la exposición y los cuestionamientos públicos obligaron al dios riojano a descender para recibir a la prensa. Su primera entrevista, en exclusiva, ocurrió como ahora se cuenta.En este lugar sagradoLlegamos a Colonia del Valle, el pueblo chacarero donde el Maestro Amor está construyendo su ashram, o sea el lugar sagrado donde mora la divinidad y hacia donde peregrinan sus fieles. El lugar está entre dos cadenas de montañas y, aunque todavía incipiente, quiere imitar el estilo del que Sai Baba levantó en la ciudad india de Puttaparthi, hacia donde viajan millones de seguidores cada año. Nos recibe Matías Romero, estrecho colaborador del Maestro, quien en rápidas indicaciones nos describe el lugar: allá, la cocina; aquellos son los baños; ese es el templo, y más acá están las plazoletas para los niños, con carteles que indican los valores que se les intenta inculcar mientras juegan: bondad, rectitud, verdad y cosas así. Nos encontramos también con Romina Carullo, periodista de Capital Federal y ferviente devota de swami, palabra que significa algo así como maestro espiritual y con la que todos se dirigen al dios riojano. Luego de la primera nota que publicamos, Romina nos envió un e-mail diciéndonos lo triste que la había dejado todo lo que contamos.Para llegar al templo, hombres y mujeres no pueden ir juntos, sino que lo hacen por caminos distintos y guardando silencio. Mientras avanzamos, con Matías y el fotógrafo por un lado, Romina por otro, recordamos qué dijimos en aquella nota como para provocar esta invitación del Maestro Amor: que afirma ser Dios, que desde niño dice ser capaz de materializar joyas y objetos, que igual que Sai Baba hace aparecer vibhuti, la ceniza sagrada, que produce por kilogramos en una fiesta a la que congrega a cientos de devotos en cada octubre. También contamos que una ex seguidora suya lo acusó de quitarle a su novio, tener sexo con todos los colaboradores varones cercanos a él, maltratarla psicológicamente al punto de casi llevarla al suicidio y de predicar una cosa pero hacer otra: que lleva una vida cómoda y económicamente suelta, mientras sus seguidores duermen semanas en carpas y alimentándose a lentejas. También contamos que arma y desarma parejas, a las que les pide que piensen en él cuando las autoriza a hacer el amor, que suma seguidores y templos en una decena de países, que cura todas las enfermedades, que sus seguidores están convencidos de que puede caminar sobre las aguas y que abandonó la escuela porque, siendo quien era, no necesitaba aprender nada.Todos esos detalles recordábamos cuando, antes de entrar al templo, nos hacen descalzar y nos llevan directamente hacia el centro de un escenario donde Ocampo espera, sentado en el suelo, en posición oriental, con túnica blanca y rodeado por un centenar de devotos. Pensábamos que sería una charla privada. Pero no: Dios decidió que era mejor no estar solo. Nos da la mano y luego nos señala la silla, ubicada frente a todos ellos, desde donde deberemos hacer la entrevista.No vemos la vacaPara romper el hielo y no ir derecho a los bifes, comenzamos preguntándole por su infancia. Nos cuenta que la pasó difícil, que sus padres pensaron que “estaba mal de la cabeza” porque era un niño muy particular y que su madre lo entregó a una casa hogar para protegerlo de su padre, quien había intentado venderlo a una familia rica cuando descubrió sus poderes. Nos ratificó que sí, que como cuenta su biografía oficial hacía aparecer cosas para regalarles a otros niños. Minutos después, ante una pregunta nuestra, reivindicó su capacidad para producir milagros o, como dijo, manifestar esas “capacidades”. Pero, agregó inmediatamente, se tratan de hermosos trucos de la mente, que él realiza cuando la gente que se le acerca tiene dudas sobre quién es él.Buena parte de la conversación con el Maestro Amor transcurrirá en esos términos. Sus respuestas, ambiguas hasta la impaciencia, afirman y niegan lo que se le pregunta. “¿Usted es Dios, como dice?”, le preguntamos. “Todos somos Dios”, responde, antes de perderse en una explicación sobre que cada persona entiende según su estado emocional y de conciencia, o sea, para algunos la respuesta es “sí”, para otros “no”. Aunque eso no borra el hecho de que todos sus seguidores lo consideran, si no Dios, por lo menos una encarnación de algo parecido a la divinidad. “¿Por qué afirma que sabe la fecha de su muerte, a los 96 años, igual que Sai Baba?”. “Eso es algo más profundo”, nos educa. “Yo veo otras formas, otras cosas”, nos dice antes de explicarnos que no podemos alcanzar el nivel de abstracción según el cual él entiende los números y las matemáticas. A lo largo de la entrevista, el Maestro Amor nos dejará algo muy claro: somos ignorantes, nunca podremos entender sus palabras, y todo lo que dice –pese a que nos suene pueril, cuando no sin sentido– posee una inteligencia profunda que está más allá del alcance corto de nuestro cerebro. Estas afirmaciones son aprobadas por todos sus fieles que, sentados en el piso, con túnicas blancas o naranjas, rapados algunos, nos observan con una sonrisa indulgente.Para que todos sean testigos de nuestra incapacidad “emocional” e “intelectual”, el Maestro nos da un papel con manchas. “¿Puede ver la vaca?”, nos pregunta. Luego nos muestra otro papel en que las mismas manchas aparecen más nítidas y permiten descubrir la figura del animal. El mecanismo, similar a algunos juegos de la revista Billiken, evidencia, nos dice, que somos subjetivos, vemos lo que queremos ver, no estamos capacitados para entender a seres como él y somos, en definitiva, ignorantes.Por momentos pensamos que estamos siendo víctimas de un gran broma, que saldrá alguien y nos advertirá que todo fue una cámara oculta para un programa humorístico. Pero no aparece. Primero la situación nos causa risa, luego nos corre un escalofrío cuando recordamos que todos los que están en ese galpón convertido en templo creen estar escuchando una verdad revelada. Ríen y hacen gestos de aprobación después de que el Maestro emboca alguna respuesta redonda, o cuando no podemos disimular la sorpresa por la ingenuidad de lo que acaba de decir.Sexo sexualizadoA la hora de responder la acusación que le hizo una ex devota cordobesa sobre su manera de relacionarse sexualmente con los seguidores varones, el Maestro Amor dijo que, en el ashram, “todos viven su sexualidad de modo abierto” y es un tema del que hablan sin miedo. Respondió que allí el sexo no es algo heterosexual u homosexual o como se quiera definir, porque hoy la gente “ha sexualizado el sexo”. Aclaró que todos tienen sus relaciones “normalmente” y no permite obscenidades ni maltratos.Sin más precisiones sobre el sexo, preguntamos sobre la plata. Ocampo dijo que la obtiene a través de la empresa editorial Ediciones El Mensaje, que vende sus libros, aunque en las librerías de la ciudad de Catamarca no es posible encontrar uno solo de sus títulos. Dijo que también llevan adelante algunos microemprendimientos, si bien es difícil creer que así termine de construir su predio sagrado, en el que espera recibir a millones de personas, y la gran casa que se está terminando en la localidad catamarqueña de Miraflores, más allá de que en su página de Internet pida donaciones a los fieles para conseguir la mesada de la cocina, los zócalos y concluir la red eléctrica.El Maestro Amor nos invita a hacerle preguntas a algunos de los devotos que lo acompañan. Comenzamos por Romina, la periodista porteña, quien nos relata que primero sus padres fueron seguidores del Maestro y lo invitaban a su casa en el barrio porteño San Isidro mientras ella se encerraba en su pieza a llorar y se tapaba la cabeza con la almohada para no escucharlo. Pero del odio pasó al amor, nos dice mientras llora junto a Ocampo.También llora, de manera incontenible, la cordobesa Analía Abuh. Dice que el Maestro Amor es lo máximo que le pasó en la vida y que gracias a él conoció a Matías Romero, con quien el maestro la casó y de quien ya tuvo su primer hijo, nacido acá. Matías, quien nos recibió al llegar, es de Buenos Aires, experto en informática y ex monaguillo de una iglesia católica. Nos muestra el bebé, sonríe y nos dice que es “la materialización más bella” que le dio el Maestro.Nadie quiere salir de aquíJuan Ignacio Gilligan, basquetbolista de Bahía Blanca, dijo haber estado perturbado dos días luego de leer la nota que publicó este diario la semana pasada, pero luego el Maestro lo ayudó a superarlo. Dice que su vida junto al Maestro Amor lo ayudó y que mejoró la relación con sus padres. Que la pasa bien acá y nadie va a querer irse nunca. “Sobre todo porque acá jugamos un montón”, acota el Maestro Amor. Raúl Zambrano, licenciado en psicología y profesor, de Buenos Aires, conoció al Maestro en El Bolsón y vive acá con su señora. Elena Prado se vino a vivir con el Maestro Amor desde Buenos Aires, trajo con ella a tres de sus cuatro hijos, un yerno, dos nietos, y no descarta que su ex marido venga un día a quedarse con ellos. Elizabeth Cabral es psicóloga, brasileña de Río de Janeiro y acompañó tres veces al Maestro Amor a dar seminarios y conferencias en su país. Antes había viajado 20 veces a la India a ver a Sai Baba, hasta que reconoció “la misma potencia” en el Maestro Amor.Ramiro Lorenzo es músico y, luego de un viaje a la India, conoció al Maestro Amor. En su primer encuentro, el maestro tomó un pétalo y se lo convirtió en un uñón para la guitarra. “Cuando llegué no me gustaron las canciones del Maestro, me parecieron chabacanas y muy simples”. Pero luego comenzó a gustarle. Hoy se encarga del acompañamiento musical en las actuaciones del Maestro Amor, quien tiene varios discos editados con sus canciones románticas. Todos coincidieron con Ramiro en que, mientras más tiempo se quede uno con el Maestro, más se da cuenta del amor que emana. Nos invitan a quedarnos un mes. Sólo imaginarnos rapados y con túnica hace que se desvanezca cualquier brote de pensamiento religioso.Cuando parecía que la entrevista llegaba a su fin, el Maestro Amor nos desafía: va a cantar. Aparecen dos guitarras, una flauta traversa, un instrumento de percusión, y se lanza. “Quiero contarte mi querido corazón que ya nadie puede entrar aquí”, canta con voz grave. No es la gran cosa. La música es empalagosa, la letra es peor, pero todos la cantan con unción religiosa y los que no tienen las manos juntas bajo el mentón en posición oratoria, baten palmas. Unos señores pelados nos miran, nos sonríen y nos hacen ojitos mientras cantan. Todos son tan buenos. Son tan alegres. Están tan en armonía. Lástima que nuestro discapacitado corazón no es capaz de ver ni una simple vaca.
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30 de Septiembre de 2009

Por Radio Universidad de Rosario

Sur le marché aux poissons d'Ostende from Ulysse, la culture du voyage on Vimeo.

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