Hubo conferencias para explicar por qué las personas creen en Dios y por qué los ateos se están organizando. Los organizadores señalan que buscan visibilizarse, sacar la religión de las escuelas públicas y separar la Iglesia del Estado.
Por Mariana Carbajal, publicado en Pagina 12 del 03/04/2010
“El concepto de Dios es de un gran autoritarismo ideológico”, sostuvo Fernando Lozada. Completamente pelado, y con una barba enrulada de varios centímetros que le cuelga desde la punta del mentón, este ingeniero mecánico y artista plástico, de treinta y pocos, parece un monje budista. Pero está claro que no lo es. Dice que milita para eliminar la “superstición” de la educación pública y que no cree en nada “sobrenatural”. En su casilla de email todos los días recibe mensajes con insultos, que lo señalan como “demoníaco”. Provocador, él se divierte. Ayer, poco después del mediodía, Lozada inauguró en esta ciudad, atiborrada de turistas pascuales, el II Congreso Nacional de Ateísmo, que finaliza mañana.
“Elegimos la libertad, rechazamos el dogma”, es el lema del encuentro. El debate por el derecho al aborto fue uno de los ejes de la primera jornada. “La lucha por el derecho al aborto es una lucha por el control de nuestros propios cuerpos”, sostuvo la docente Ruth Zurbrieger, integrante de la colectiva feminista La Revuelta, de Neuquén, en uno de los paneles (ver aparte).
La empatía que generan las religiones fue otro de los temas de discusión: el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek se encargó de responder la pregunta del millón: ¿Dios existe? “Sí, y está en nuestros cerebros”, aseguró, tras mostrar con evidencia científica cómo el comportamiento neuronal favorece el fervor por la práctica religiosa. “El rezo activa áreas dopaminérgicas en el cerebro. Está avalado por estudios de imágenes cerebrales. Se siente placer al rezar. Es un comportamiento adictivo como el consumo de drogas”, afirmó. También explicó que hay “casos de epilepsia que generan visiones, alucinaciones”, y recordó que en distintas oportunidades estos cuadros “han sido aprovechados por muchas religiones”. “En un ataque de epilepsia una persona puede hablar en otro idioma, que alguna vez escuchó. No tiene ningún diablo. No hay que exorcizarla. Simplemente, tiene epilepsia”, indicó Golombek.
Tras los pasos de Fort
Más de doscientos participantes llegados de distintas ciudades donde están floreciendo grupos de ateos colmaron las instalaciones del Teatro Diagonal, en el centro de la ciudad. Curioso: el mismo ámbito que durante el verano llenó Ricardo Fort con su show Fortuna. El teatro es propiedad de una biblioteca fundada por anarquistas españoles que el año próximo cumplirá 100 años. Hasta hace cuatro años lo alquilaban como templo evangélico. “Se fue Ricardo Fort y no quedó ni Dios”, bromeaba Lozada ayer. Hace dos años, después del I Congreso que tuvo lugar también en esta ciudad, Lozada fundó la Asociación de Ateos de Mar del Plata. “Que se acostumbren a que existimos los no creyentes”, lanzó desde el escenario.
–¿Está creciendo el movimiento de ateos en el país? –le preguntó luego este diario.
–No podría afirmarlo. Lo que sí observamos es que nos estamos organizando más. Hay grupos de ateos en Córdoba, La Plata, Rosario, Capital Federal y Mendoza, entre otras ciudades. Lo que nos falta es mayor reconocimiento social, que no seamos vistos como amorales por las personas que practican una religión.
La encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas, que se hizo desde el Conicet en 2008, dirigida por Fortunato Mallimaci, detectó que hay en el país un 11 por ciento de “indiferentes” a la religión.
–¿Qué objetivos tienen como ateos militantes?
–Eliminar los prejuicios sobre los ateos, mostrarnos como sujetos potencialmente valiosos. Lograr la total separación de la Iglesia y el Estado, lograr un Estado laico. Eliminar los iconos religiosos de los lugares públicos y la religión de las escuelas públicas. La difusión de una ética humanista, que lucha por una sociedad más tolerante, más pacífica.
Lozada abrió el Congreso con una ponencia sobre el ateísmo “adogmático”. “Uno tiene que armar su propio sistema racional de creencias, construirlo permanentemente. Si es estático, es dogmático”, señaló.
Hoy está prevista, entre otras actividades, un panel sobre “sexualidad y género” con la participación de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
Apóstatas
La fecha elegida para el encuentro no es casual. Mientras en el país –y en la mayoría del mundo occidental y cristiano– se disfruta de unos días de descanso impuesto por la liturgia católica, los ateos reunidos en esta ciudad prefieren resignificar el feriado. “Son muchísimos los feriados que estamos obligados a compartir”, apunta Lozada. El Primer Congreso lo hicieron cerca del 8 de diciembre, Día de la Virgen, también jornada no laborable.
Entre los concurrentes estuvieron ayer los porteños Andrés Miñones y María Eugenia Bengolea, integrantes de la Campaña de Apostasía Colectiva “No en mi nombre”, que hace un año entregó en el Arzobispado de Buenos Aires más de un millar de firmas de católicos que quieren desbautizarse y así dejar de formar parte de la Iglesia. Bengolea hizo el trámite personal de la apostasía. Todavía espera una respuesta. “Queremos mostrar que hay un discurso opositor a la influencia de la Iglesia Católica sobre la vida privada”, indicó Bengolea, activista Glttb. Miñones agregó: “Los preceptos morales que esgrime la jerarquía no se practican en la realidad. Se afirma que la Argentina es un país católico pero resulta que las personas católicas se divorcian, usan preservativos, tiene relaciones antes del matrimonio”. Y abortan.