Clarin 23/10/2003
Sólo el 30% de los abortos de las chicas son por decisión propia. Más de la mitad de las adolescentes encuestadas dijo que tuvo una fuerte oposición de su familia o su pareja para continuar el embarazo. En la Argentina se registraría medio millón de abortos por año.
Sólo el 30% de los abortos de las chicas son por decisión propia. Más de la mitad de las adolescentes encuestadas dijo que tuvo una fuerte oposición de su familia o su pareja para continuar el embarazo. En la Argentina se registraría medio millón de abortos por año.
Sibila Camps. .
scamps@clarin.com
Cuando la ginecóloga Silvina Valente encaró su investigación sobre aborto voluntario en adolescentes, las chicas escribían cualquier cosa en el cuestionario o la insultaban. Optó por entrevistas personales. Pese al anonimato, muchas se negaron a responder. De las que contestaron, la mayoría lo hizo tras largarse a llorar y decirle: "Si esto sirve para que a nadie más le pase, te contesto. Pero si no sirve para nada, no, porque yo no quiero volver a recordarlo". Una medida traumática muchas veces tomada, dijeron, por oposición de su pareja (21,48%) o de su familia (30,37%).El trabajo fue procesado por el Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas. Se basó en entrevistas realizadas entre 1999 y 2001 a 658 chicas menores de 21 años que fueron a ese servicio y al Consultorio de Adolescencia del Hospital Posadas (Haedo); a alumnas del CBC y primeros años de la carrera de Nutrición de la UBA; y de Fisioterapia de la Universidad del Salvador. El espectro cubrió todas las áreas educativas, sociales y religiosas.El 22,03% de las jóvenes (135) había decidido interrumpir al menos un embarazo. En total se registraron 145 abortos, pues 7 chicas lo habían hecho más de una vez. El 36,2% terminó internada en un hospital. Otra joven fue a parar a terapia intensiva.Existen pocas estadísticas sobre el tema. Las escasas cifras, relativas a todas las edades, revelan un problema de proporciones: según el ministro de Salud, Ginés González García, en el país hay cerca de medio millón de abortos por año. En la provincia de Buenos Aires, sus autoridades admiten que cada 13 días muere una mujer por esa causa.La Fundación Estudio e Investigación de la Mujer asegura que de 1995 a 2000, las hospitalizaciones de adolescentes por complicaciones de aborto crecieron un 46%: en 2000 fueron internadas casi 12.000 chicas.En la encuesta del Programa de Adolescencia del Clínicas, las que cursaban el nivel terciario argumentaron sobre todo haber interrumpido el embarazo por las dificultades que un hijo ocasionaría a la continuidad de sus estudios o su trabajo. "El daño psicológico por un aborto puede ser igual al de ser madre en un embarazo no deseado", advierte la socióloga Marcela Aszkenazi, quien participó en la investigación. El censo 2001 detectó 204.569 madres menores de 19 años, el 10,7% de las chicas de esa franja. Pero otros motivos llamaron la atención de los profesionales. No fueron razones económicas (10%), ni el estar sin pareja (12,59%). Sólo la tercera parte de las chicas decidió abortar sin tener en cuenta la influencia de su marido o novio ni de su familia. "Igual se mezclaba el fantasma de lo que iban a pensar sus padres", apunta la doctora Valente. Sorprende también que el 60% no contestará nada acerca de su relación con ellos y con su pareja.El 61,48% usaba a veces métodos anticonceptivos. Una característica propia de los adolescentes —explican los especialistas—, "que ponen el cuerpo antes de poder reflexionar". "Tienen información, pero incompleta, ya que parte de la prevención es hacer promoción de la salud", recalca Valente. Muchas chicas, al poco tiempo volvieron a quedar encintas y decidieron seguir adelante, "como una reparación", dice la ginecóloga."¿Cuántas cosas fallaron en el medio, para llegar a un aborto?", observa María José Faccini, licenciada en trabajo social. "Si lo no deseado no era el embarazo sino ese hijo, ¿por qué se embarazó? —señala Valente—. Si no podemos contestar esa pregunta, no vamos a reducir el problema"."La solución global es el trabajo conjunto entre los ministerios de Salud y de Educación, con base en la familia —indica su director, el profesor José María Méndez Ribas—. Los recursos están, hay que organizarlos y articularlos. Lo cual es posible en el contexto del gran avance que implica la Ley de Salud Reproductiva".
scamps@clarin.com
Cuando la ginecóloga Silvina Valente encaró su investigación sobre aborto voluntario en adolescentes, las chicas escribían cualquier cosa en el cuestionario o la insultaban. Optó por entrevistas personales. Pese al anonimato, muchas se negaron a responder. De las que contestaron, la mayoría lo hizo tras largarse a llorar y decirle: "Si esto sirve para que a nadie más le pase, te contesto. Pero si no sirve para nada, no, porque yo no quiero volver a recordarlo". Una medida traumática muchas veces tomada, dijeron, por oposición de su pareja (21,48%) o de su familia (30,37%).El trabajo fue procesado por el Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas. Se basó en entrevistas realizadas entre 1999 y 2001 a 658 chicas menores de 21 años que fueron a ese servicio y al Consultorio de Adolescencia del Hospital Posadas (Haedo); a alumnas del CBC y primeros años de la carrera de Nutrición de la UBA; y de Fisioterapia de la Universidad del Salvador. El espectro cubrió todas las áreas educativas, sociales y religiosas.El 22,03% de las jóvenes (135) había decidido interrumpir al menos un embarazo. En total se registraron 145 abortos, pues 7 chicas lo habían hecho más de una vez. El 36,2% terminó internada en un hospital. Otra joven fue a parar a terapia intensiva.Existen pocas estadísticas sobre el tema. Las escasas cifras, relativas a todas las edades, revelan un problema de proporciones: según el ministro de Salud, Ginés González García, en el país hay cerca de medio millón de abortos por año. En la provincia de Buenos Aires, sus autoridades admiten que cada 13 días muere una mujer por esa causa.La Fundación Estudio e Investigación de la Mujer asegura que de 1995 a 2000, las hospitalizaciones de adolescentes por complicaciones de aborto crecieron un 46%: en 2000 fueron internadas casi 12.000 chicas.En la encuesta del Programa de Adolescencia del Clínicas, las que cursaban el nivel terciario argumentaron sobre todo haber interrumpido el embarazo por las dificultades que un hijo ocasionaría a la continuidad de sus estudios o su trabajo. "El daño psicológico por un aborto puede ser igual al de ser madre en un embarazo no deseado", advierte la socióloga Marcela Aszkenazi, quien participó en la investigación. El censo 2001 detectó 204.569 madres menores de 19 años, el 10,7% de las chicas de esa franja. Pero otros motivos llamaron la atención de los profesionales. No fueron razones económicas (10%), ni el estar sin pareja (12,59%). Sólo la tercera parte de las chicas decidió abortar sin tener en cuenta la influencia de su marido o novio ni de su familia. "Igual se mezclaba el fantasma de lo que iban a pensar sus padres", apunta la doctora Valente. Sorprende también que el 60% no contestará nada acerca de su relación con ellos y con su pareja.El 61,48% usaba a veces métodos anticonceptivos. Una característica propia de los adolescentes —explican los especialistas—, "que ponen el cuerpo antes de poder reflexionar". "Tienen información, pero incompleta, ya que parte de la prevención es hacer promoción de la salud", recalca Valente. Muchas chicas, al poco tiempo volvieron a quedar encintas y decidieron seguir adelante, "como una reparación", dice la ginecóloga."¿Cuántas cosas fallaron en el medio, para llegar a un aborto?", observa María José Faccini, licenciada en trabajo social. "Si lo no deseado no era el embarazo sino ese hijo, ¿por qué se embarazó? —señala Valente—. Si no podemos contestar esa pregunta, no vamos a reducir el problema"."La solución global es el trabajo conjunto entre los ministerios de Salud y de Educación, con base en la familia —indica su director, el profesor José María Méndez Ribas—. Los recursos están, hay que organizarlos y articularlos. Lo cual es posible en el contexto del gran avance que implica la Ley de Salud Reproductiva".