CARMEN ARGIBAY A FAVOR DE LA PILDORA.
12/06/10 PorSibila Camps Publicado en Clarin 12 de junio de2010
Cármen Argibay La píldora del día después tiene que estar al alcance de todas las mujeres”, reclamó la ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay. Fue en el marco del Encuentro Internacional sobre Violencia de Género, organizado por la Defensoría General de la Nación, que concluyó ayer en la Facultad de Derecho.
Notables especialistas de la Argentina y de otros países –entre ellas, la socióloga estadounidense Saskia Sassen– participaron en esta iniciativa de la defensora general Stella Maris Martínez.
La problemática de la violencia de género fue abordada desde diversos ángulos. Al abrir el panel sobre “Acceso a los derechos sexuales y reproductivos”, la doctora Argibay cuestionó duramente un fallo de 2002 de la Corte (con otra integración) que, a pedido del hogar católico Portal de Belén, prohibió una marca de anticonceptivo oral de emergencia. Tras dar una explicación científica, la ministra resumió: “Con estas pastillas no puede haber fecundación, por lo tanto no puede haber aborto”.
“En América Latina se calcula que entre el 20 y el 40% de los embarazos no son deseados, y de la mortalidad de las mujeres, el 21% es por abortos clandestinos –subrayó–; casi siempre mujeres jóvenes, ignorantes y pobres, que no tienen plata y van a lugares donde pueden encontrar la muerte”.
“La negación de los derechos reproductivos es violencia contra las mujeres”, interpretó Nelly Minyersky, profesora consulta de la Facultad de Derecho de la UBA. En ese marco, la investigadora Mariana Romero (CEDES-Conicet) analizó las violaciones más frecuentes a estas leyes: la negación a estar acompañada durante el parto, la negación de la ligadura de trompas y a la colocación del DIU, y la negación del aborto en los casos no punibles. En ese sentido señaló que “la intervención innecesaria de la justicia no ha contribuido para esclarecer al equipo de salud”.
Daphne Gilbert, profesora de Derecho en la Universidad de Ottawa, relató cómo se llegó a que el aborto no sea ilegal en Canadá; no obstante, los criterios difieren entre las provincias. “El número de hospitales que lo hacen va disminuyendo, y el procedimiento no se enseña en la currícula. En Ottawa, con un millón de habitantes, a veces la espera llega a 6 semanas –contó–. El activismo antiaborto tiene estrategias comunes con otros países”.